EN UNA RELACIÓN CON LA ENFERMEDAD DE CROHN
- Yoselyn Molina
- 6 sept 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 11 sept 2018
Los Angeles - California

Todo comenzó cuando empecé a salir con Eddy, quien es mi prometido actualmente. Eddy vive con esta enfermedad desde hace 22 años.
La enfermedad de Crohn es una afección crónica, es decir que puede presentarse varias veces a lo largo de la vida. Algunas personas pasan por períodos prolongados de remisión, que pueden llegar a ser años. Sin embargo, no hay manera de predecir cuándo iniciará este periodo de remisión o cuándo volverán los síntomas (American Society of Colon and Rectal Surgeons, 2018).

Desde hace dos años, Eddy y yo estamos juntos y fue hace un año que nos comprometimos. Si soy honesta, adaptarme a la idea de estar con alguien que padece esta enfermedad no ha sido fácil y, aún así, siento que estando junto a él, he podido encontrar el propósito de mi vida, pues me siento capaz de ayudarlo y ser su compañera en esta batalla.
Lo impredecible de esta condición me frustró muchas veces. Así como la persona puede sentirse muy bien, llegan los síntomas sin advertencias. Al principio, no podía entender lo poco que comía, solamente porque el estómago le dolía, no comprendía la intensidad de sus dolores ni el por qué de tantos medicamentos. A veces se sentía cansado y yo entraba en depresión añadiendo mis reclamos de novia celosa que no ayudaban para nada.

Decidí investigar por mi cuenta. Encontré dos grupos en Facebook que me han ayudado más de lo que esperaba: “Enfermedad de Crohn (España)” y ”Crohn’s Disease Support Group (Women Only)”. Gracias a esos grupos pude comprender a Eddy y pude darme cuenta de que tengo a un Ángel de novio. Es así como etiqueto a aquellas personas con esta enfermedad que, a pesar de todos los dolores, operaciones y medicamentos, siguen en la lucha. A pesar de tanto sufrimiento, siguen dispuestos a amar.
Me sorprendió mucho cuando la mamá de mi prometido me dijo que, desde que me conoció, solo espera sanarse y ha encontrado una esperanza para seguir con su vida. Esto me impulsó a ayudar, no solamente a Eddy, sino también a cualquier persona que se sienten mal por causas de salud, actuando como un factor de ánimo y motivación.
Actualmente, mi enamorado está a la espera de su segunda operación para dejar de usar la bolsita de ostomía (que ayuda a lidiar un poco con esta condición). No ha sido fácil para él ni para mí estar en esta situación, pero gracias a Dios he podido conocer a dos personas que han estado conmigo ayudándome a entender mejor el proceso. Pedro Hernández y Miriam, de México. Espero, algún día, poder conocerlos en persona para agradecerles por todo el apoyo.
Si bien, mantenemos una relación a distancia con Eddy, me siento muy cercana a él. No sé cómo son realmente sus dolores, pero puedo sentir su sufrimiento cuando lo único que queda es llorar sin nada más que hacer.
Ahora tenemos fe en el tratamiento de las células madre, pero estamos pensando seriamente en someternos a la medicina natural, y aunque no existe todavía una cura para mis “Angelitos”, muchas personas han tenido muy buenos resultados al mantener una dieta balanceada de cinco comidas al día, hacer ejercicio o yoga para ayudar a reducir el estrés o utilizar aloe vera para la inflamación. No hace falta decir que darles amor, motiva a que estas personas se llenen de esperanza para seguir luchando.
Como todos, vivo con la idea clara de que mañana todo puede cambiar. Hasta que eso pase, disfruto de mi relación con Eddy y ambos tenemos fe de que encontraremos la cura para vencer esta enfermedad. Por ahora, es la vida que nos tocó vivir y tratamos de hacerlo de la mejor manera.
Por mi parte, estoy lista para darle el Sí frente a Dios y mi familia y comprometerme a un hermoso y esperanzador futuro con él.
Comentarios